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—¿Y si no vuelan, Alma? —pregunté— ¿Qué pasa cuando los pájaros no vuelan?

FOTO: MARCELO CESCA

Era el andén más oscuro. Y el subte, dos ojos de serpiente en el fondo del túnel.

Solo el Zurdo conocía lo ocurrido aquella noche, la del campeonato ganado, pero perdido en la última fecha.

FOTO: VALENTÍN CESCA

En su cuarto pequeño y sin lujos, los hombres lograban proezas sexuales que no repetirían jamás.

Era la fiesta más esperada. Los fuegos artificiales, el loco del pueblo, y una apuesta demasiado pesada.

¿Cuántas ventanas iluminadas descubrirá esta noche? ¿En cuál de ellas habrá otros ojos como los suyos, escondidos y al acecho?

Un ídolo intocable, un hincha fanático y un perro fiel. Es fútbol, ni siquiera la muerte podrá separarlos.

La casa del nono es intocable, ¿o ya no? Un mandato familiar, dos hermanas sin escrúpulos y un viejo que estorba.

FOTO: PABLO MOURIER