Duerme boca abajo, atravesado en la cama, hasta que lo despierta el silbato del tren. Entreabre los ojos, le pesan los párpados. Lo primero que ve es la botella vacía sobre la almohada, a pocos centímetros de su nariz. Las sábanas están revueltas y teñidas de un tono rojizo, reflejo del cartel de la