Avances sutiles

 

Más negro que amarillo  (página 13)

No es fácil ser mujer en el asiento trasero de un taxi. Afuera está oscuro, casi tanto como adentro.

 

Viejos planes (página 17)

La casa del nono es intocable, ¿o ya no? Un mandato familiar, dos hermanas sin escrúpulos y un viejo que estorba.

 

Héroe  (página 27)

Es el último subte de la noche y los pocos que esperan en el andén solo piensan en llegar a casa. O tal vez no.

 

El otro Funes (página 31)

Entre las neurociencias y la nostalgia, tal vez la creación no sea más que permitirnos recordar.

 

Nunca se sabe (página 35)

Plaza San Martín no tenía secretos para él hasta esa mañana. En el banco de siempre, bajo el séptimo árbol.

 

El juego y el final (página 41)

Alguna vez fue un juego que no debió haber sido. Hoy hay un muerto en la playa.

 

Por algo habrá sido (página 57)

¿Cuánto de premeditación había en esa inesperada aparición del Gallego, en plena calle y después de tanto tiempo?

 

La casa (página 61)

Si el empleado de la inmobiliaria hubiera comentado lo de los antiguos dueños, él y su hermana no la hubiesen comprado.

 

Nunca es fácil Balvanera (página 71)

Es de noche y tras la lluvia las calles han quedado vacías. Ella no está lejos de casa. Tal vez por eso, sabe que es mejor apurarse.

 

La vieja y los vecinos (página 75)

La vieja vivía de manera miserable, pero todos en el barrio sabían lo del tesoro. Ya llegaría el momento tan esperado.

 

El Chino y el Hueso (página 85)

Un ídolo, un hincha, un perro. Nada en el mundo podrá separarlos jamás, esa es su sutil venganza.

 

La vergüenza de la señorita Dughan (página 89)

Nadie en el pueblo duda de que ella es un vampiro. Y están decididos a demostrarlo.

 

El verdadero amor (página 101)

¿Acaso no eran amigas entrañables? ¿Qué les impediría compartirlo todo?

 

La resurrección de Luis (página 109)

Estar vivo después de muerto. ¿Milagro, falta de ubicación, o apenas un malentendido?

 

El número 7 (página 115)

¿Cómo pudo esfumarse aquel campeonato en pleno festejo? El Zurdo lo sabe pero vive escondido, tiene miedo de contarlo.

 

Luz (página 121)

Un hombre en su sillón, en lo oscuro. En la penumbra de ese cuarto aún es posible soñar.

 

Cosa de arqueros (página 123)

Pepe y el Turco lo compartían todo. Hasta ese día, cuando descubrieron que al arco va uno solo.

 

Magdalena (página 129)

En Monserrat, no hay hombre que no la extrañe. Y no haberla amado es el peor de los pecados.